VINO ROSADO: ¿POR QUÉ SU ÉXITO?

El vino rosado parece haberse posicionado como algo más que una tendencia pasajera. Poco apreciado por entendidos y consumidores en otra época, durante los últimos años su consumo se ha incrementado alrededor de un 20% en todo el mundo.

Conjuntamente con el aumento del volumen de producción, la calidad de estos vinos ha ido creciendo, comenzando a ocupar el papel que le corresponde en el panorama enológico y gastronómico actual debido también a su frescura y ligereza. Como proveedores de vino rosado para restauración en Sevilla, disponemos de rosés que dan buena fe de esta excelente calidad. Si lo deseas, puedes consultar una relación de ellos aquí.

 

Consumo

Conviene consumirlo entre 6 y 8 grados, aunque si es un vino espumoso hasta incluso algo más frío.

Variedades

El vino rosado no proviene de un tipo de uva específica, pudiéndose elaborar con casi cualquier variedad. Las más comunes son: Garnacha, Syrah, Cariñena, Tempranillo, Pinot Noir, Cabernet Sauvignon, Merlot o Cinsault.

El Sur de Francia es el mayor productor de vinos rosados “rosé” utilizando las uvas Garnacha, Syrah, Cinsault y Mourvedre, entre otras. En el Valle del Loira se emplean las uvas Cabernet Frac y Chinon.

En Italia, por su parte, se producen excelentes “rosettos” utilizando la uva Sangiovese. Otros productores de rosados, aunque en menor escala, son: Chile, Argentina, Australia y Estados Unidos, en particular Long Island (Nueva York), California y Oregón.

En España, en las regiones de La Rioja y Navarra, se extrae rosado a partir de las uvas Tempranillo y Garnacha.

También en nuestro país, podemos encontrar vinos rosados de excelente calidad en la zona del levante: los rosados mediterráneos de Bodegas Murviedro utilizan las variedades Bobal, Cabernet Sauvignon, Garnacha, Tempranillo y Moscatel. Vinos, cavas y frizzantes bajo las Denominaciones de Origen Valencia y D.O. Utiel-Requena. Como distribuidores de vinos rosados en Sevilla, en Picking ponemos a tu disposición los mejores rosé de Murviedro.

Elaboración

Los antocianos son los causantes del color del vino y estos se encuentran en la pulpa, pero sobre todo, en la piel de las uvas.

Prensado directo

Con este método se obtienen los rosados más claros. Se trata de elaborar el vino rosado de la misma manera que el blanco, pero con uvas tintas. Éstas entran a la bodega, se despalillan, estrujan y directamente se prensan. De esta manera el mosto extrae muy poco color de la piel.

Contacto con los hollejos de la uva

Similar a la forma en que se obtiene el vino tinto, difiere de este en que el tiempo que las uvas tintas se dejan fermentar con su piel es menor (entre 6 y 48 horas). Tras esa fermentación más corta, las uvas se prensan separando el mosto del hollejo. El color del vino será más intenso cuanto mayor sea el tiempo en contacto con la piel de la uva.

Sangrado

Con este método de elaboración se obtiene el rosado de mayor calidad, más oscuro e intenso. Se trata de una técnica que surge a partir de la elaboración del vino tinto. Podríamos decir que aquí el rosado se obtiene como un subproducto de la fermentación del vino tinto.

Durante el tiempo de maceración, en una etapa temprana, alrededor de un 10% del jugo se retira. El vino tinto sobrante se intensifica al reducirse el volumen total, haciendo un vino tinto más rico y audaz.

Por su parte, el jugo retirado se fermenta separadamente para producir un vino rosado de mayor intensidad colorante. La operación consiste en abrir el grifo inferior del depósito y dejar fluir por gravedad el mosto rosado, separándose así del hollejo. El periodo de tiempo de esta operación de “sangrado” suele estar comprendido entre 6 y 24 horas.

 

Imágenes: Gran feudo

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