PESCA SOSTENIBLE: QUÉ ES Y QUÉ PODEMOS HACER NOSOTROS COMO CONSUMIDORES

¿Qué es pesca sostenible?

Para Greenpeace es “pescar lo imprescindible, con el menor impacto posible en los mares, es decir, lo que hacen los pescadores artesanales”.

La pesca artesanal o sostenible emplea técnicas que garantizan la supervivencia de unas especies, sin afectar negativamente a otras del ecosistema.

Métodos de pesca destructivos con el entorno son, por ejemplo, el arrastre, el uso de explosivos o venenos o el empleo de productos tóxicos a bordo (desprendidos de la maquinaria o de los barcos en sí, responsables directos de la sobreexplotación y la extinción de especies.

Cómo se practica

Se trata, ni más ni menos, que de emplear artes de pesca selectivas y respetuosas con los ecosistemas marinos:

Poteras, nasas y trampas: normalmente se colocan en el fondo, aisladas o en línea, para especies como el pulpo, la langosta… Las especies no objetivo se liberan y devuelven vivas al mar.

Redes de enmalle: si se colocan correctamente pueden ser muy selectivas. El tamaño de las redes permite limitar el tamaño de las especies, por lo que el número de descartes es mucho menor. Incluso caladas sobre el fondo, son menos agresivas que las de arrastre.

Anzuelo y línea: existen diferentes tipos de anzuelos y cañas; carretes manuales y mecanizados, cañas con cebo vivo y pesca al volantín… Es el método más selectivo de todos.

¿Es rentable la pesca sostenible?

Según el informe “Empleo a bordo” hecho público por Greenpeace en 2014, sí. Mientras que la flota de arrastre de profundidad representa el 5.94% del total del trabajo a bordo, la flota artesanal oferta el 28,35%.

También señala que, una inversión de 2.725 millones de euros en los próximos diez años en pesca artesanal y sostenible, generaría un aumento de la producción de 4.000 millones de euros y la creación de 60.100 empleos netos en España. Más aún, se evitarían unas 420.000 toneladas de CO2 a la atmósfera en 2024.

¿Qué podemos hacer nosotros como consumidores?

Cuando compramos, al final lo que estamos haciendo es seleccionar unos productos o materias primas por encima de otros. Prestar atención al origen y etiquetado del pescado que elegimos es una muy buena práctica por la que podemos comenzar.

Organismos como el MSC (Marine Stewardship Council) han desarrollado estándares internacionales que nos ayudan a identificar productos del mar capturados de forma respetuosa con la biodiversidad marina.

La certificación de industrias pesqueras y la correcta trazabilidad de sus productos han permitido la creación de un sello o “ecoetiqueta” que es ya un referente mundial en cuanto a sostenibilidad se refiere.

Además de la obtención de certificados como el de MSC, empresas como Copesco-Sefrisa, referente en la venta de bacalao y salmón de primerísima calidad, llevan un paso más allá su compromiso con la sostenibilidad de los mares: mediante la creación de un sello propio, asumen con una garantía del 100% el origen respetuoso de sus productos.

El bonito del norte de Conservas Ortiz es otro buen ejemplo de preocupación por el futuro y regeneración de las especies marinas. Para su captura emplean exclusivamente las técnicas tradicionales del “cebo vivo” y la “cacea”.

Por su parte, marcas de larga tradición conservera como Ubago, llevan ya tiempo contando entre las filas de sus gamas de productos con variedades obtenidas por medio de técnicas artesanales y selectivas.

Atún en Aceite de Oliva pescado a caña de Ubago

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